10 razones para tener una tarjeta de crédito

Uno de los temas que más me ha interesado últimamente es el uso de las tarjetas de crédito y gran  herramienta que pueden ser para nuestras finanzas personales. Específicamente les quiero platicar de cómo las utilizo y de lo mucho que me ayudan… de hecho, no sé qué haría sin ellas.

Primero que nada, quisiera que te quitaras el tabú de que las TDC son puras deudas y que tenerlas solamente te va a meter en problemas. Todas estas mentiras que giran al rededor de ellas son producto de personas que no han podido organizar su propio dinero o que creen que el banco es nuestro peor enemigo.

La verdad de las cosas es que las TDC están para respaldar nuestro propio dinero, porque no son nada más que eso, nuestro propio dinero administrado de forma distinta. Cuando tienes una tarjeta puedes ser tu propio “dinero adelantado” y pagarlo cuando lo tengas. Y no te preocupes, puedes tener una tarjeta de crédito perfectamente saludable, sin tener que pagar un solo peso de interés.

Pero…. ¿Cómo? ¿Por qué? jaja no te asustes, aquí te lo explico con 10 razones para tener una tarjeta de crédito y cómo utilizarla:

  1. Tener una tarjeta de crédito te permite tener un historial crediticio. En palabras de mi hermano, es lo que te permite “existir”. Significa que eres alguien para las empresas que algún día te brindarán algún tipo de crédito.
  2. La primera pregunta que hacemos es saber cuál es la mejor tarjeta de crédito. La verdad es que cada una es distinta y más bien debes buscar una de acuerdo a tus ingresos. Dependiendo del uso que le vayas a dar son las características que debes buscar en ella, pero para empezar te recomiendo una que no tenga anualidad.
  3. El banco te brindará alguna tarjeta que vaya de acuerdo con tus ingresos, no te preocupes si al principio recibes poco límite de crédito, si llevas un buen control de tus pagos poco a poco te lo irán aumentando.
  4. Hay dos formas en las que puedes utilizar tu tarjeta: pagando absolutamente todo lo que puedas, desde un chicle hasta un viaje; o solamente para compras muy específicas. Yo las uso de la primer forma y obtengo puntos por usarla, lo que me sirve para reembolsar compras. Por ejemplo, hace un mes me devolvieron un tanque completo de gasolina por los puros puntos (aunque, obviamente, es difícil juntarlos).
  5. Siempre existirá el peligro de alguna clonación, la ventaja es que si eso sucede no se consumirá tu dinero, sino el del banco. A diferencia de si te clonan tu tarjeta de débito, pues ahí se van directamente con lo que tienes en la cuenta.
  6. Están los meses sin intereses que pueden ser muy útiles pero te recomiendo no tener más de dos cosas bajo ese esquema de pago en tu tarjeta. Vuelvo a citar a mi hermano “gota a gota, mueres desangrado”.
  7. Entre más creces es necesario que pagues más cosas. Las TDC te ayudarán a elegir cuándo quieres pagar todos esos conceptos dentro del mismo mes, y de verdad que ni te tendrás que fijar en tu fecha de corte.
  8. Siempre habrá una emergencia en la que necesites dinero por adelantado y las TDC te ayudarán con eso.
  9. Domicilia pagos para que no olvides hacerlos (mi tarjeta me devuelve dinero por hacer eso).
  10. Con los avances tecnológicos puedes tener el control de tus tarjetas en tu celular. Aparte de todo, es muy cómodo pagarlas y ver tus saldos, incluso bloquearlas temporalmente.

De verdad que este es un tema muy amplio y con gusto te ayudaré en lo que necesites. Me abrió mucho la mente tener tarjetas y ahora quiero que más personas se beneficien de ellas como yo lo hago. Si tienes alguna duda, estoy a la orden.

Dedico este artículo a mi hermano porque gracias a él he podido crecer financiera y personalmente; así como también a Moris Dieck (@MorisDieck) porque ha sido una inspiración para mí el conocimiento que él comparte.

Nos vemos en la próxima.

Originally posted 2018-09-29 20:27:22.

Una perspectiva importante de tus días: La gratitud

Esto de ser adulto es más difícil de lo que pensé. No solo porque todo cuesta, sino porque vamos asumiendo responsabilidades con cada decisión que tomamos. Cuando estaba más chavalilla siempre decía “a tal edad, ya voy a tener un carro; a tal edad ya voy a tener una casa, etc”; era muy sencillo ponerle “edades” a nuestros objetivos, y de verdad creía que todo se iba a ir cumpliendo tal y como lo enlisté. Pero no.

Ser adulto me ha enseñado que no todo sale como esperábamos, pero también a valorar y aceptar lo que tengo y las personas que me acompañan todos los días. He aprendido a ser una persona agradecida. Y agradecer no solamente es decir “gracias”, ser una persona agradecida es entender las circunstancias que nos rodean y agarrarlas por los cuernos. Hoy quiero hablar con ustedes sobre la gratitud.

Para los que me conocen saben que soy una persona que se sobre preocupa por las cosas, o hace algo que se llama como over thinking, en pocas palabras, hacer una telenovela en mi mente donde no la hay. Eso me quita seguridad en mis decisiones y me hace quedarme en una zona de confort, para evitar cualquier tipo de riesgo en mi vida (vida cuadrada). Cuando algo no sale como yo esperaba o representa un reto, es cuando comienzo a perder el sentido de la gratitud.

La gratitud es la aceptación de nuestra realidad y la capacidad de madurar lo suficiente para adecuar nuestros días a ella. He aprendido a ser una mujer agradecida en cada aspecto de mi vida y eso me ha hecho tener una perspectiva diferente en mis días. Y no es fácil, hay momentos en los que suelto queja tras queja (la catarsis siempre es natural) pero luego me detengo, respiro, trato de poner en práctica la gratitud. Todo es un proceso de crecimiento, nadie se vuelve perfecto de un día a otro, somos humanos (after all).

Quiero compartir contigo algo que le llamo “los recordatorios”. Son frases que yo me repito a mí misma cuando me pongo a reflexionar sobre las cosas por las que estoy agradecida. Si quieres interpretarlos como una “oración”, está bien. También si deseas verlos como gratitud hacia el universo, la naturaleza o a lo que sea que creas, está bien. Pero creo que estos recordatorios te ayudarán de vez en cuando. Así que cuando estés lleno de estrés, tengas mucho enojo, te entre la desesperación, estés triste… piensa en lo siguiente:

  • Gracias porque estoy aquí. Por la razón que sea, estoy aquí. Esto me tocó a mí, esto es para mí, gracias porque soy yo quien tiene la conciencia de asumir este momento y porque no es otra persona la que se siente triste/enojada por esto.
  • Gracias porque tengo a alguien a quien darle la mano, no para que me ayude, pero sí para que me sostenga. Gracias porque todos nos agarramos y vamos haciendo una cadena, y todos nos sostenemos.
  • Gracias porque están conmigo las mejores personas. Hice equipo con las mejores personas del mundo (familia, amigos). Soy afortunada por quienes están conmigo, y más aún porque quienes ya no, siguen estando a mi lado.
  • Gracias porque puedo tomar un teléfono/celular y marcarle a alguien.
  • Gracias porque una gran parte de lo que soy, lo que tengo y lo que ofrezco son producto de mis decisiones. Empezando porque he tenido la oportunidad de decidir.
  • Gracias porque lo ordinario es lo más valioso.
  • Gracias porque tengo paz con lo que tengo, si no, difícilmente la tendré con lo que venga.
  • Mi actitud y mis acciones me definen, eso expresa realmente cómo me siento.
  • Estar agradecida significa valorar pero siempre intentar mejorar. La gratitud no es una zona de confort para no buscar nuevos objetivos.
  • Gracias porque tengo los mejores recuerdos y las mejores anécdotas del mundo. Sobre todo, tengo un recuerdo hermoso de momentos familiares y con amistades. Eso es mi energía.
  • Gracias porque tengo la oportunidad de compartir mi gratitud con las demás personas.
  • Gracias porque la solución está en mí. Y si no lo está, gracias porque tengo lo que necesito para afrontarla.
  • Gracias porque hoy soy más que ayer.

Entender la gratitud como un entendimiento de nosotros mismos nos hará sobrellevar mejor los momentos no gratos y a disfrutar los felices. Ser una persona agradecida nos limpia y nos quita carga, hasta nos permite dormir mejor. Nos da motivos para no perder nuestras metas, nos hace entender nuestras circunstancias.

¿Cómo practicas la gratitud?

¡Gracias!

 

Originally posted 2018-07-30 03:56:42.

Memes políticos: ¿Desinformación?

No sé si estoy haciendo la comparación correcta, pero los cartones o caricaturas que salen en los periódicos fueron los primeros “memes” que llegaron a nosotros. El punto era generar imágenes que expusieran una triste realidad de una forma cómica, haciéndonos reír con la sátira… en lugar de llorar con la realidad.

Si mi mente no me falla, fue en el año 2010 cuando iniciaron los memes. Pero empezaron de una forma muy “light”, donde existían solo unos cuantos patrones como el de “Asian Level” o “imposibru” (palabras muy de millenials). Pero hoy, a varios años de que inició esta nueva corriente de expresión y comunicación digital, vivimos de manera muy distinta cada hecho importante de nuestros días gracias a los memes.

Por cada noticia, cada evento, cada error, cada acierto… de todo sacamos memes. La creatividad (y rapidez) de las personas en su máxima expresión. Ahora le ponemos más atención a todas las imágenes que circulan en redes sociales, que al hecho en sí. Llegamos un punto en que entendemos más los hechos por lo que dicen los memes, que por la noticia en sí. Lo que circula por WhatsApp son memes, no tanto opiniones o comentarios, son los memes que llegan y nos dan una perspectiva de las cosas.

Los memes políticos siempre son la cereza de pastel, así sea en campaña o en temporada regular de un gobierno, los memes son los primeros que hablan por los errores o los aciertos. Me atrevo a decir que llegan más rápido todas esas imágenes que la misma nota. No hay personaje político que se haya salvado de un meme y más si busca atraer la atención de las masas.

Lo importante a analizar es si los memes son parte del problema o parte de la solución. Vivimos tiempos democráticos donde la opinión de las masas puede revertir lo que una figura mediática diga o haga. A mí me hace pensar que tal vez los memes ayudan mucho más a la desinformación que a la claridad de las cosas. Tal vez creer que estamos informados porque vimos un meme es lo mismo que pensar que conoces a alguien porque te “llegó un chisme”.

Los memes son parte de la evolución de la comunicación humana con la llegada de las nuevas tecnologías. Algo que tengo que aceptar es que nos permiten ser un poco más realistas de los hechos y nos dan una perspectiva “humana” (para bien y para mal) de lo que, en teoría, solo podíamos saber a través de los medios masivos.

En tiempos electorales la desinformación es el pan de cada día. Pasa algo así con lo que sucede en los deportes: todo se vuelve un espectáculo… y no de los buenos. Buscar la atención de las masas es la tarea principal de los medios de comunicación, y cualquier cosa que haga que la gente te ponga atención, será utilizada. El manejo de la información tiene que ser cuidadosa, y no porque un meme te lo diga, y te haga reír, significa que es realidad.

¿Qué piensas al respecto?

Originally posted 2018-05-27 17:56:04.

Cuidado con lo que demuestras

Está de moda el tema de las “personas tóxicas” y cuando platicamos sobre él siempre pensamos en amigos, familiares, colegas, etc; que han pasado por nuestras vidas y que cumplen esta descripción, pero hoy quiero decirte una verdad que tal vez no estabas esperando escuchar: también tú puedes ser una persona tóxica (aunque no lo creas).

Me atrevo a decir que ser tóxico termina siendo, a fin de cuentas, una característica que forma parte de nosotros por el simple hecho de ser humanos, pero hoy elegí este tema porque de un tiempo para acá veo que muchas personas, literal, odian su vida y todavía se ponen a compartirlo en redes sociales.

No, no estoy hablando del hecho de platicar problemas personales, estoy hablando hasta de cómo hacemos uso de nuestro propio humor. He visto infinidad de memes que hablan de que odiamos la rutina que tenemos o nuestro trabajo, que nos molesta compartir tiempo con la familia o de cómo siempre estamos buscando escapar de nuestra realidad “aburrida”.

¿Se han fijado que están de moda los memes de la gente que odia levantarse para trabajar? ¿Por qué creen que sea? También hay un montón de comentarios donde “ya quiero que sean vacaciones” o de “me voy de vacaciones sin pedir permiso”. Hay una tendencia exagerada a decirle al mundo que llevar una rutina “estándar” nos hace infelices y que preferiríamos estar todo el día como plantas.

Perdón si te estás identificando con este artículo, pero déjame decirte que tú también eres una persona tóxica porque se te olvida la gratitud. Y mira que ya he hablado bastante sobre ella, aunque parece que no ha sido suficiente.

Recuerda que reflejamos mucho con lo que decimos de nosotros mismos. Si tú crees que tu vida es miserable y que tu rutina no te satisface, entonces cámbiala. Compartir contenido en redes sociales donde solo te quejas o hablas pestes de quién eres, refleja muy poco autoconocimiento y baja autoestima.

Eres una persona muy valiosa y afortunada, deja de contaminar con tu falsa idea de felicidad a otras personas que sí la conocen. Entiende que tus realidad no cambia hablando como “si ya no te quedara de otra”, porque si no eres feliz con lo que ya tienes, no lo serás con lo que te falta.

Entiendo que se trata de humor, de reírse de nosotros mismos, de ser sarcásticos y enfrentar con risas las cosas malas; créeme, yo también lo he hecho. Lo importante es encontrar un límite, pues si hablamos mucho de lo que nos molesta pero no hacemos nada para cambiarlo, significa entonces que no sabemos lo que queremos y que solo vamos “con la corriente”.

Y vuelvo a la misma pregunta de los 65 millones: ¿Eres lo que haces o eres lo que publicas en internet?

Originally posted 2019-09-29 00:55:35.

¿Qué hago si mis hijos ya quieren estar en redes sociales?

Eventualmente llegará el momento en que tus hijos te digan que ya quieren usar redes sociales, que quieren crear su propio perfil y empezar a compartir contenido propio. Respira, no te asustes… es normal, y debes estar listo para ello. Pero ¿Cómo guiar a nuestros hijos a través del mundo del internet? ¿Cómo darles las herramientas necesarias para que sepan qué compartir, qué ver y, de plano, a qué no darle click ni por error?

Primero que nada, el ejemplo que les demos es crucial, te platico un poco: Cuando yo era niña y utilizaba internet, pues tenía que ir a la única computadora que había en la casa, que estaba en la sala y que era de uso “familiar”. Así mismo, el internet no ofrecía tantas posibilidades de interacción con otras personas; estaban los famosos “chats” donde entrabas con un nombre falso y buscabas una sala de chat pertinente a tu perfil. Aún así, las tecnologías de la información no eran ni tantito de lo que son ahorita y no había tantas opciones de comunicación como hoy: redes sociales, celulares inteligentes, tabletas, etc ¿A dónde voy con esto? Yo veía que todos daban un uso específico a la computadora, ya sea hacer tareas, trabajar o simplemente jugar, pero me quedó mucho claro cuándo “sí eran horas de estar conectada” y cuando no.

Los niños/adolescentes de hoy han crecido con padres de familia que utilizan el teléfono en todos lados, a todas horas, para todo; si no están tomando una foto, están en WhatsApp, o están contestando un correo, o hasta leyendo las noticias. Todo sucede ahora en nuestro teléfono, y eso lo ven tus hijos. Calma, calma: no es que estés siendo un mal ejemplo, solo que tu cotidianidad evidentemente se va a volver la de ellos.

Para que esta lectura sea más sencilla, te comparto algunos puntos que debes tomar en cuenta antes de que tu hijo comience a utilizar una red social:

  • Por más que lo evites, las van a utilizar. Evita prohibirlas o satanizarlas, porque lo único que va a pasar es que te van a mentir sobre su uso y el contenido que comparten.
  • En el caso de Facebook, y según sus políticas, para que un usuario pueda abrir un perfil tiene que tener 13 años. Aún así, no es la mejor edad para empezar en una red social. En un plano ideal, las personas deberían compartir contenido a partir de la mayoría de edad, pero claro que nos sucede así. Si tus hijos quieren tener una red social primero platica con ellos y explícales qué tanta difusión puede tener una solo foto que compartan. Tal vez su reacción te ayude a saber si están listos para una red social.
  • Una vez que tus hijos tengan una red social, evita agregarlos como amigos (ya si ellos lo hacen, pues bueno..), más que nada para respetar su privacidad. No es por mala onda, pero si la hicieron no es precisamente para que tú estés viendo el contenido que comparten, y más hablando de un adolescente.
  • Si por alguna razón ya los tienes como amigos, si puedes no etiquetarlos en fotografías o publicaciones, mejor. Más que nada por una cuestión de seguridad y porque eso evitará que generen más historial no deseado en su red social.
  • Asesórate con algún familiar o amigo que sepa de privacidad y cómo configurar un perfil más seguro, eso te ayudará a ti y a tus hijos.
  • Antes de publicar una foto de tus hijos, piensa en que sea contenido de valor y no algo efímero. A la mejor esa fotografía puede llegar los amigos de tus hijos y no querrás darle una mala imagen.
  • Dale valor a los momentos donde el celular no debe ser el protagonista. El ejemplo servirá para que tus hijos entiendan la importancia del presente y no del solo hecho de compartirlo en redes sociales.
  • ¿Es necesario saber sus contraseñas? Solo en casos donde ya haya un problema latente, como bullying o malas amistades confirmadas. Aún así, dales la oportunidad de manejar la situación ellos mismos.
  • Prepárate: es casi seguro que te digan alguna vez que “alguien los molesta”. Va a pasar, porque así suele suceder cuando buscas poner en evidencia a alguien, siendo las redes sociales el medio perfecto para hacerlo. Platica con ellos y pregúntales ¿Cuál consideran que sea la mejor forma de solucionarlo? ¿Qué les gustaría que pasara? Explícales la importancia de cuidar lo que publicamos para evitar que se utilice en nuestra contra.
  • Un excelente diálogo con ellos los hará sentirse en confianza de platicarte lo que vean en redes sociales. Yo recomiendo, sin ser invasivos, que de vez en cuando les preguntes si desean borrar alguna foto que hayan subido. A la mejor ese contenido ya no tiene sentido, y les puede traer cierta tranquilidad saber que ya no está en la red. Ojo: pregúntaselos con mucho tacto.

Todo lo anterior también se puede ligar a preguntarnos ¿A qué edad debo darle un celular a mi hijo? Cada familia tiene necesidades distintas, lo que sí es que aparte de que le estamos otorgando en sí un aparato que requiere cierto cuidado, es una forma perfecta de que los adolescentes se acerquen a las redes sin mucha supervisión. Pero como ya lo he dicho, todo mejorará si ellos tienen un buen ejemplo por parte de sus padres y/o hermanos mayores.

Los padres de familia siempre deben buscar ser aliados de sus hijos. Eso implica mucha paciencia, comprensión y respeto a su privacidad.

Este artículo se los dedico a mis papás, que nunca me dijeron que no. Gracias a ellos tengo las herramientas y el conocimiento necesario para platicarle esto a las nuevas generaciones de padres de familia.

Originally posted 2018-03-19 19:44:48.