Las generaciones que hemos crecido, de alguna u otra forma, con las computadoras o el internet; hemos desarrollado cierta capacidad raciocinio respecto a todo el bombardeo de información que recibimos. Y esto porque, al menos en las generaciones cercanas a la mía, hemos sido parte de los avances tecnológicos de forma gradual. Hemos vivido poco a poco el boom del internet, los celulares, las tablets, redes sociales etc. Pero con los adultos (llámese personas mayores de 35 años)  no pasó igual, ellos llegaron de golpe a todo esto y ahora también son usuarios.

El otro día mi mamá me comentó que, sin darse cuenta, activó una campaña en su celular que le cobraba cierta cantidad adicional a su tarifa mensual. Ella me explicó que no supo en qué momento le picó, pero luego entendimos que fue mientras navegaba en alguna página con publicidad molesta desplegable.

También he visto como los adultos comparten contenido en redes sociales que puede resultar falso o innecesario, aunque ellos no lo vean así. Esto porque el internet, las redes sociales, los celulares inteligentes y toda esta tecnología, resulta un mundo nuevo en el que apenas se están adaptando. Están en un proceso de poder discernir entre realidad y vida digital, entre convivir por Whatsapp a hacerlo en persona, entre rezar de forma personal o publicar una imagen religiosa en Facebook.

De verdad no quiero que suene como burla, pero comparto el siguiente ejemplo para que sepan a qué me refiero:

Broma realizada a una señora que cargó saldo en una tienda de autoservicio y su teléfono lo registró un cliente. 

No juzgo ni critico esto, pues es un fenómeno social resultado de que la tecnología, antes considerada solamente para personas con cierto perfil, ahora está llegando para todos. Y por lo anterior me refiero a que lo usuarios dejaron de ser jóvenes, ahora también las personas adultas y de la tercera edad, que interactúan con un mundo de información.

No me parece erróneo el hecho que que los adultos se involucren con la tecnología, al contrario, me parece increíble que puedan estar informados y comunicados con un mundo que antes solamente se conocía por la televisión. Lo que quiero destacar es que hay mucho contenido que, de primer instancia, puede resultar confuso o engañosa como la publicidad de la web.

Este efecto claro que también ocurre en los niños que, a temprana edad, utilizan un teléfono inteligente como juguete. Pero ahí es donde deben entrar los padres para mostrarle que puede y que no puede hacer con él. Considero, de forma muy personal, que también nos corresponde a las personas que llevamos más tiempo (de traumados) en internet, explicar un poco a los adultos que tenemos cerca sobre su uso.

Hay muchas cosas que entender, como el uso de cookies (la información que se aloja en tu computadora al navegar en internet), contraseñas, contenido engañoso (como esos cuadros falsos de reproducción al intentar ver un video), concursos falsos, barras de búsqueda que se adhieren a tu explorador, descarga de contenidos sin autorización, información falsa de redes sociales, etc. Como ves, es un mundo de temas que muchas personas ignoran, y que son básicos para la navegación segura.

A veces los adultos se sienten tontos al usar una computadora o un celular, pero no lo son. Es como si hoy te pusieran a ejercer una carrera para la cuál no fuiste a la universidad. La tecnología es para todos, pero se debe de dar una guía para su uso. Te invito a que si puedes apoyar a tus familia o amigos, lo hagas, tú y su computadora/celular, te lo van a agradecer.

Originally posted 2016-01-23 21:45:00.

Published by Ileana Caschi

Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!