Antes de que otra cosa suceda, quiero aclarar que este artículo no pretende atacar ni defender a nadie. Es meramente una aproximación a lo que yo he visto, y más o menos pretendo dar una explicación.

Todas las personas tenemos habilidades y debilidades, nuestros distintivos ante los demás. Lo más recomendable, o lo ideal, es que explotemos lo que tenemos bueno y trabajemos para sobrellevar lo malo. Encontrar en qué somos bueno o qué tenemos a nuestro favor, es una tarea bastante difícil, pues la primer barrera que nos toparemos es la subjetividad de las cosas y la visión que tenemos de nosotros mismos. Por lo contrario, los defectos salen más a la luz si se trata de la opinión de terceros.

Pero ¿Qué pasa cuando eres una figura pública? ¿Qué pasa cuando eres un actor¿ ¿Qué pasa cuando eres un deportista destacado? ¿Qué pasa cuando eres presidente? Siendo totalmente objetivos, de todas las formas en que puedas estar expuesto mediáticamente, la más complicada es ser presidente. Un gobernante de este rango no puede ni siquiera tomarse la leche del cereal directamente del plato, porque ya con eso puede generar un sin fin de opiniones y muchas notas periodísticas.

No voy a hablar sobre la forma en que nuestro presidente ha gobernado, ni las decisiones que ha tomado, sino de la forma en que ha proyectado su imagen ante la sociedad. Desde que inició su sexenio, destacaron mucho sus errores al hablar en público o sus declaraciones en los medios. También la manera en que ha llevado su vida personal y las cosas que su familia hace, le pegan directamente a su posicionamiento. 

Por lo anterior, y viéndolo desde un punto de vista de comunicación e imagen política, debemos explotar sus habilidades para poder mejorar su identidad. Pero ¿Qué tiene nuestro presidente a su favor? Bueno pues pensando fríamente, que su apariencia física no tiene que ver con la de otros. Recuerdo que incluso, antes hechos diversos ocurridos antes de la elección del 2012, se decía que esta iba a ser la “elección de los guapos” (obviamente sin contar al Peje).

-Bueno pues entonces, pongamos manos a la obra y saquemos la estrategia donde nuestro presidente no se va a equivocar: Que se tome con fotografías con la gente, después de todo escuchamos desde la campaña “Te quiero en mi colchón”- Dijeron en su war room. 

Y como hemos visto últimamente, qué importa lo que diga en sus discursos, sus mensajes, sus reformas… Lo que cuenta es cuántas fotografías se toma con los asistentes. Que si el agarró la cámara, que si abrazó a la persona con la que sale, que si sale todo el grupo de amigos… Pero seamos sinceros, esto no fuera realidad si la gente le interesarían otras cosas.

Desgraciadamente, el centro de las cosas es ese: Si yo, como estratega, sé que lo único que les interesa de mi cliente es salir en fotos con él…Pues lo mandamos muy peinado y con los dientes lavaditos. Si las personas estuvieran dispuestas a ir a escuchar lo que tiene que decir, y si aprovecharan la oportunidad de toparse con él para hacerle alguna pregunta o petición, entonces nuestro presidente tendría que ir bien estudiado a sus visitas.

¿Por qué es tan importante para alguien tener un selfie con el presidente? La verdad, eso no denota ningún tipo de anuncio publicitario o grilla. Una fotografía con un gobernante, a menos de que seas parte de los invitados estelares, no detona nada más que una simple coincidencia. Solamente publicas en tu Facebook que te topaste, o que estuviste en el mismo lugar de él. No significa que hayas platicado, comentado, convivido o incluso cruzado una palabra con él.

Si realmente quieres sobresalir o destacar para que alguien se fije en ti, evidentemente tienes que hacer cosas distintas a las de la mayoría. El grave problema es que consideramos que aparecer con una figura mediática tan poderosa, implica algo de beneficio para nosotros. Es como si te toparas a un jugador de fútbol en el aeropuerto, y lo vas a publicar en tus redes, pero no significa que ahora seas una persona importante o hayas hecho algo relevante.

Te invito, de verdad, a que en lugar de estar buscando salir con el presidente; le eches muchas ganas para que alguien, algún día, se quiera tomar una foto contigo.

Tal vez el problema no es de los gobernantes, ni de sus estrategas, tal vez el problema es que mucha gente se muere por tener una foto con él y subirlo a las redes sociales: “Mírenme, estoy con el presidente”. Lo más triste de todo es que no, eres uno más de sus selfies.

¿Considero que el presidente está usando una estrategia adecuada? No ¿Considero que le está dando resultado? Sí.

¿Qué piensas tú?

Originally posted 2015-04-22 21:09:42.

Published by Ileana Caschi

Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!