Comenzaré este artículo con una anécdota rápida: Estaba en una tienda de ropa, haciendo fila para pagar. Había entrado sin la intención de comprar y resulta ser que fui la única que lo hizo. Era de esas “unifilas” y pues tuve que esperar un ratito para que me atendieran. Mientras eso sucedía, me puse a reflexionar un poco sobre mi compra: Era ropa que no estaba buscando, pero que sí la consideraba muy útil, sin embargo, no me iba a morir si no la compraba. Dudé un poco si seguía en la fila, pero no me moví. Pensé: “para esto trabajo, para comprarme cosas” y entonces fue cuando las pagué.

No es la primera vez que tomo una decisión bajo la premisa “para esto trabajo”, y eso es lo que me preocupa. No me arrepiento de mis compras, pero tal vez sí existe una mala administración de mi propio dinero disfrazada de una actitud de “para esto trabajo”. De hecho, puedo decir que las últimas 10 veces que he comprado algo, planeado o no, lo hago pensando lo mismo.

Esto me lleva a cambiar mi paradigma de dos maneras: La primera es que realmente trabajo por mi desarrollo profesional, no para poder pasar la tarjeta en todas tiendas del mundo. La segunda es que no tengo que poner una razón para sentirme bien por el simple hecho de usar el dinero que gano. Pensar “para esto trabajo” es una forma de decir “tal vez no lo merezco, pero por eso voy a un empleo”, y no, no es verdad. Te invito a que la próxima vez que pienses eso, que para eso trabajas, mejor cambies tu mentalidad: Te lo mereces.

Es evidente que todos tenemos un empleo porque buscamos una remuneración. El dinero se necesita en todas partes, para todo. Desde que tengo uso de razón siempre he sido demasiado “cuidadosa” con el dinero. Cuando empecé a obtener un salario, trataba, literal, de no usar mi dinero. Es una incongruencia que, tal vez, vengo cargando desde entonces. ¿Alguna vez les ha pasado que tienen algo pero no lo quieren usar? Eso me pasa con el dinero.

El error de muchos es que queremos tener dinero pero por el simple hecho de tenerlo, no de utilizarlo. Y cuando queremos utilizarlo, no sabemos realmente cómo. Es decir, claro que sabes que necesitas el dinero porque tienes que poner gasolina, pagar una renta o comer; pero sabes exactamente ¿Para qué lo quieres? Porque el dilema realmente es: las personas queremos el dinero para gastarlo, pero entre más tenemos, más gastamos. 

No sé si a ustedes les pasa, pero todo lo que tengo a mi al rededor le pongo un precio o lo pienso con una cantidad. Sé que es una forma muy materialista de ver el mundo, pero es la forma en que puedo entender qué está a mi alcance, y qué no. El problema es que las cosas realmente no deben ser valoradas por eso, empezando por el mismo empleo.

Creemos que un empleo es mejor si es mayor remunerado que otro. Porque, volvemos a lo mismo, todo lo pensamos en “dinero”. Sé que estás pensando “claro, pues todo en esta vida cuesta”, pero ¿Te cuesta lo que vale?

Para terminar, solamente me gustaría compartirles que a veces no sabemos para qué queremos el dinero, si para usarlo o solo para tener la certeza de que lo tenemos. A veces, solo a veces, creo que queremos el dinero para seguir teniendo más dinero.

Originally posted 2017-05-02 01:13:10.

Published by Ileana Caschi

Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!