Desde que estaba en el bachilleres, la idea de elegir una carrera para estudiar es casi el pan de todos los días. Todas las materias, trabajos, tareas, etc; tiene el objetivo de darle a los alumnos las bases necesarias para elegir la carrera que estudiar, por lo tanto, la profesión a la que se van a dedicar.

A los 18 años tenemos que elegir qué título tendremos por toda la vida, como si a esa edad fuéramos lo suficientemente maduros para saber exactamente qué queremos hacer el resto de nuestros días. Aún así, creo que tenemos las herramientas necesarias para saber elegir algo que de verdad vaya con la idea que tenemos del futuro.

Luego pasan los 4…5…o 6 años de carrera. Estudias en las aulas para prepararte para el mundo profesional. Los maestros y expertos que te imparten clases te indican cómo es el panorama laboral, te brindan una idea de lo que va a pasar una vez que salgas recién horneado de la carrera.

Pero vaya sorpresa: El mundo profesional es, por mucho, muy diferente al que imaginamos (o soñamos). Te das cuenta que ejercer tu carrera puede ser más complicado de lo que crees, y más si buscas una buena remuneración económica. Primero eres optimista y descartas trabajos porque no son lo que tú quieres, pero luego, después de que el mundo laboral te da la cachetada llamada “realidad”, entiendes que un trabajo va más allá de poner en práctica lo aprendido en la universidad.

Lo que de verdad pasa es que entiendes que tener una actividad económica puede ser vista desde muchos aspectos: Puede ser que pienses “no estoy haciendo algo de mi carrera”, pero creo que la visión debe de ser “¿Cómo puedo aplicar mi profesión en mi empleo?”.

Algo que es muy difícil de entender es que no estamos hechos para seguir una instrucción y luego obtener una remuneración económica. Estamos hechos para generar nuestras propias oportunidades. No puedes esperar a que el empleo perfecto aparezca en el clasificado, con la remuneración y horario que deseas. La vida laboral no se trata de estar aprovechando las oportunidades, se trata de crearlas a tu medida.

Encuentra lo que realmente deseas hacer y ponlo en práctica. No tienes que renunciar a tu empleo (empezando por la parte del ingreso fijo), al contrario, busca la forma de aplicar conocimientos y experiencia aprendidos, en lo que de verdad enfocarás tu futuro profesional.

El tiempo es muy sabio. Tal vez la oportunidad que dejaste pasar ayer, hoy la tiene alguien que supo aprovecharla y ahora se desarrolla en ella. Date a ti mismo la oportunidad de conocer áreas que no son completamente de tu profesión, para luego aplicar los conocimientos que aprendas en lo que sea que desees hacer.

No te esto diciendo: “Trabaja de lo que sea, mientras te paguen”. No. Encuentra un empleo que te ofrezca conocimiento y crecimiento. El desarrollo profesional está totalmente forjado en lo que tú quieras hacer con tu futuro. No esperes a que alguien te ofrezca algo, busca ofrecerles tú algo los demás.

 

Originally posted 2016-03-06 22:27:07.

Published by Ileana Caschi

Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!