Con las redes sociales no sólo cambiamos la forma en que intercambiamos información, sino también la forma en que hacemos presencia en los eventos sociales de nuestro entorno. Hemos pasado del activismo real, al activismo de “click”, porque creemos que da lo mismo tomarte el tiempo para rezar en la iglesia, que publicarlo en Facebook.
Lo más común, y lo que creo que todos hemos visto, son las fotografías de niños enfermos o perros desnutridos que circulan intentando generar conciencia sobre nuestra realidad, pero la verdad es que para ayudar a un niño que tiene cáncer necesitas hacer muchas más cosas que sólo compartir la imagen etiquetando a todos tus amigos. Para poder generar un cambio necesitas apagar tu computadora o guardar tu celular, acercarte a un hospital o casa hogar, y aportar algo que de verdad deje huella. La triste realidad es que muy pocos lo hacemos, y no porque seamos malas personas, sino porque ahora consideramos que suficiente con hacer que las cosas se vean en Facebook, independientemente de que pasen (tema ligado a uno de mis artículos anteriores).
Últimamente, he visto varias asociaciones civiles que promueven su trabajo vía redes sociales, lo cuál me parece muy acertado. La diferencia es que ellas no consideran que su labor se restringe a un estado o fotografía, sino que van más allá y buscan un cambio de verdad. El internet debe de ser usado como una plataforma de proyección, pero nada más como evidencia de lo que sí se hace, no para “aparentar” que me importan las personas de la tercera edad, si nunca hago nada por ellas.
No se diga del activismo político, pues ahora las redes le dan la idea a todas las personas de que sus opiniones son válidas. No estoy diciendo que solamente un grupo tiene derecho a opinar, el problema es que la mayoría lo hacemos sin previa información. Es cierto que, como ciudadanos, debemos de ejercer dentro de una democracia; pero nada tiene que ver el comentar sin conocer hechos, atacando o defendiendo a personajes sin un respaldo. Recordemos que aportar contenido de valor es lo que enriquece a los demás usuarios, una guerra de palabras y agresiones no afecta más que a la opinión pública que, a fin de cuentas, es la que tiene más poder en el resultado de una elección.
Todo esto ha generado una acumulación de mensajes, que hace que el usuario deje de interesarse por contenidos informativos más elaborados, y prefiera informarse estrictamente por redes sociales. Incluso damos por veraz y real el contenido que en ellas vemos, sin analizar portales que se ocupan especialmente de presentar información real (o al menos, más precisa). Todos hemos escuchado el comentario “¿Ya vista que asaltaron un banco? Vi que lo pusieron en Facebook”, y lo más preocupante de todo, es que las personas entran en un conflicto por ver quién es el que comparte la nota o el comentario, sin siquiera asegurarse de que lo que dice es real o pasó exactamente de esa manera.
Por último, un tip: Las conversaciones que tengas con Dios (o cualquier ser divino en el que creas), las ganas que tengas de salvar un perrito, el esfuerzo que hagas por ayudar a un discapacitado, tu inclinación política… etc; debes de ejercerla. Las ganas de hacer las cosas, no se publican; los resultados de haberlos hecho, sí.
Originally posted 2015-01-28 20:50:37.
Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!
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