Te apuesto a que leíste el título de este artículo y pensaste “Ay Ileana, tan grande y con un deseo tan inmaduro. Qué ridícula, en lugar de pensar en otras cosas. No me extraña de una millenial, pero pues ¿Ya es un adulto, no? ¿Está muy grande para aspirar a ser algo que traen de moda los adolescentes?” O tal vez pensaste que me muero por tener miles de seguidores, que las marcas me regalen cosas y que voy a subir fotos en San Miguel de Allende.
De hecho, he visto miles de publicaciones en redes haciendo burla de los influencers, de que es una generación de jóvenes que les interesan solamente las apariencias y las cosas banales. Y pues creo que el problema está en que tú y yo tenemos conceptos distintos de qué influenciar a los demás.
Por un lado, está el significado que todo mundo conoce: personas que tienen seguidores en sus perfiles, que comparten Tiktoks, que toman Starbucks, que van con sus amigos a la playa, que ofrecen descuentos en marcas de ropa, van a fiestas “nice”, etc.
Por otro lado, está el concepto que yo tengo: una persona que difunde conocimiento. Sí, en la onda ñoña y geek, para mí una persona que puede influenciar es alguien que comparte información certera, veraz y útil (así, como si fuera noticiero de las 8 de la noche).
Yo sé que dirás “em qué aburridita, mija” Pero te voy a decir una cosa: ¿Para qué queremos ser algo si no le vamos a dejar nada los demás? Digo, pa’ tu autoestima frágil ta’ bien si tienes mil de seguidores y likes; pero ¿Para qué los quieres? ¿Para levantarte el ego? No, no lo haga compa.
Pon tú que si eres una figura pública te funciona tener seguidores en redes porque eso significa que puedes conseguir chamba a través de ellas, o bueno, si quieres usar las redes para que te caiga trabajo, me parece increíble. Pero si quieres “tener fama” para ver qué rumbo agarrar tu vida…. no es por ahí.
Pero bueno, el punto es que quiero compartir conocimiento. Obviamanta no es como que nada más me ponga a hablar porque sí. Ustedes saben que hay dos temas que me llenan mi corazoncito: comunicación (y todo lo que abarca) y hablar de tarjetas de crédito (porque sí).
Específicamente sobre el segundo tema, quiero que más personas aprendan a usar un instrumento financiero que es de mucha utilidad. Tener paz con tus finanzas personales es parte fundamental de tu paz mental, y saber utilizar una tarjeta de crédito te ayudará cañón. Claro, y si ya cumpliendo ese deseo personal se puede monetizar… pos’ qué mejor.
No venimos a este mundo para que nos aplaudan, al menos no por el simple hecho de existir. Si crees que las redes sociales te van a hacer “influencer” estás pero sí mal, si quieres influenciar a alguien aporta valor, no tus fotos.
Nota final: Hace poco estaba leyendo un artículo de relaciones parasociales (te dejo un capítulo de mi podcast para que sepas qué son) y resulta que yo estoy citada en ese artículo. Aunque es algo equis, mi satisfacción fue enorme. Alguien aprendió algo gracias a mí, alguien obtuvo información gracias a mí. Así de importante es compartir conocimiento.
Y si tú sabes algo y quieres compartirlo con más personas para ayudarlas: ADELANTE. Cuentas con mi apoyo, mis consejos y todo lo que pueda hacer por ti. Acuérdate que los “dones no son para esconderlos, sino para el servicio están”.
P.D. No sé tengo cuenta de Tik Tok, nunca hice cuenta en Snapchat e intenté hacer un Reel y no pude. Pa’ que vean el grado de “no influencer convencional”.
Originally posted 2020-11-25 00:30:47.
Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!
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