Aaaaaaaaaaaantes de que otra cosa, quiero aclarar que personalmente no defino a una persona por su capacidad adquisitiva. Todas las personas valemos lo mismo, por el simple hecho de ser seres humanos. Sin embargo, en una de las tantas reflexiones del dinero… realmente me cuestiono si a los ojos de la sociedad, una persona tiene una identidad según su lana. Y justamente de eso vamos a hablar en este artículo.

Creo que desde que somos adolescentes, cuando ya tenemos noción como de un mundo fuera de nuestra casa, empezamos a procesar la “vida de estereotipos”. Casi todo llega a nosotros por medios de comunicación o redes sociales. Con toda esa información empezamos a procesar intereses, como por ejemplo, amistad, amor, trabajo, viajes… y ¿La vida perfecta?

Y una de las claves, o bases, de esa vida perfecta es la capacidad adquisitiva que tienes. En pocas palabras, la lana que tienes y que muestras al mundo, pues eso lo relacionan socialmente con el éxito y el placer. Entonces desde chavalos nos vamos por el camino de perseguir el dinero (ojo, no de trabajarlo o de cosecharlo), y de forma inconsciente nos enfocamos en encontrar todo lo que signifique “lana”.

Tranqui, tranqui. No estoy diciendo que seamos seres materialistas, sin cerebro o que solo nos interese eso de la gente. Estoy diciendo que el mundo plástico que nos rodea es lo que nos enseña, y al consumir tanta información así, lo deseamos sin pensarlo. Ni te sientas mal, ni te pongas a negarlo: todos en algún momento llegamos a pensar eso, a la mejor ahorita ya no porque ya crecimos, pero en el proceso de maduración es algo muy común.

Justamente a eso quiero llegar: Tanto nos metieron en la cabeza que debemos ser “ricos para triunfar”, que cuando conocemos a alguien que, según nuestro juicio, tiene lana; entonces nuestro cerebro automáticamente clasifica a esa persona en una “escala” superior a los demás, y nuestra mente le da permiso a esa personalidad para “fallar” o “tener otras carencias” porque el hecho de que tenga lana, lo compensa.

Por ejemplo, en el caso de las parejas, sentimos que estar con alguien que tiene cierta capacidad adquisitiva nos resulta un respaldo u otra opción para nosotros poder conseguir ese dinero. Claro, nos venden la idea de que si queremos tener una posición económica, tenemos que trabajar. Solo que al ser humano no le gustan las tareas con beneficios a mediano o largo plazo, nuestra naturaleza quiere las cosas rápido. Y si estar con una pareja que nos resuelve ese “asuntito” es una opción, entonces la vamos a tomar.

“Oye, Ileana: estás generalizando, yo no me fijo en el dinero” Es que de verdad no va por ahí: yo solamente estoy hablando de cómo funciona nuestra mente de primer instancia, digamos, nuestro instinto. Ya cuando procesamos las cosas, y según el nivel de madurez de alguien, es entonces cuando podemos discernir y poder analizar el escenario completo, y no solamente elegir a nuestro círculo cercano por eso.

Para contestar la pregunta con la que titulé este artículo, al respuesta es no, pero el constructo social del éxito-triunfo nos hace irnos con la finta y llegar a creer que sí. Por eso te invito a reflexionar mucho cómo elegimos a las personas con las que nos relacionamos, y también los prejuicios que te puedas hacer solo porque te enteras del estrato socioeconómico de alguien.

Y claro, el dinero para nada PARA NADA significa éxito, porque puedes tenerlo pero no tener estabilidad. Créeme, sin estabilidad, no tienes nada.

Published by Ileana Caschi

Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!