Nos encanta hacernos las víctimas, pero también caer en los rumores que circulan por todos lados. Cuando ambas cosas se combinan, ni Victoria Ruffo supera nuestro drama. Y es por eso que dedico este artículo a una mentira, que digo, mentirota, sobre las tarjetas de crédito.

Y es que cuando le pregunto a las personas al respecto de estos plásticos, si han tenido o si tendrían la mayoría de las respuestas es “Nombre, para qué quiero más deuda” (inserte sonido de disco rallado)…….

‘Ta bien, yo también lo pensaba así. Pero déjame te explico lo que yo batallé para entender: Las tarjetas de crédito no generan deuda, la creas tú al utilizarlas de la forma correcta. Pero fuera de eso, son excelentes instrumentos financieros porque te permiten ORGANIZARTE.

“Pero a ver Ileana, te la pasas hablando de tarjetas de crédito, o una de dos: o te pagan por hacerlo o es que nunca te has metido en problemas” Naaaaaaambre, bueno fuera que alguien me hiciera en el mundo como para que me pagaran por esto. Pero deja tú, cada vez que intento dar algún consejo financiero es porque la acabo de regar, y gacho (como la vez que hice mal una transferencia electrónica). Así que créeme: he sufrido mucho con el dinero pero aquí andamos.

A lo que quiero llegar es que existe el mito de que las TDC (tarjetas de crédito) te llevan a la deuda y al gasto excesivo: NOT. Fíjate que todo esto viene porque creemos que las tarjetas es dinero extra, dinero adicional que está a nuestra disposición y que nos hipnotiza para ser usado.

Ahí estuvo el detalle, como dijo Cantinflas. Las TDC no son dinero adicional, es tu mismo dinero, por lo que no debes usar más de lo que puedes pagar. Ya sea que tengas un ingreso fijo (como una nómina) o sean ingresos variables, tú sabes cuánto es el promedio de tus gastos y tu capacidad de pago (y si no lo sabes, yo te ayudo, faltaba más).

Cuando sabes cuánto puedes gastar, entonces sabes qué puedes consumir y cómo lo vas a pagar, ahí es donde entra una tarjeta de crédito. Pero no solamente eso, además tienes la ventaja de recibir muchos beneficios por los gastos que de todas formas ya ibas a hacer.

Piensa “cuánto gasto y cuánto puedo pagar” y si encuentras un equilibrio, entonces piensa ya en tramitar tu tarjeta. Y si no lo encuentras…. hay que arrastrar el lápiz para poner orden en tus finanzas. Sí se puede, siempre se puede.

Originally posted 2020-10-28 00:51:56.

Published by Ileana Caschi

Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!