Yo estoy tan harta como tú del estereotipo del millenial: un chavo(a) que no quiere responsabilidades, trabajo fijo, comprometerse con créditos fuertes, casarse o no viajar. Estoy harta de que me digan que no quiero mejorar, que no tengo idea de mi futuro y que lo único que quiero es comprarme un Starbucks para subirlo a Instagram. Me molesta que me digan que no me interesa prosperar… porque están muy equivocados.

Por eso te escribo hoy, para invitarte a no formar parte del estereotipo. Y de verdad no me mal entiendas: no te estoy diciendo que te conviertas en un baby boomer que vive una vida de esclavitud por tener una “vida estable”, no, no va por ahí. Aunque, la verdad, “la vida estable” sí debe ser tu objetivo final porque no vienes aquí a vivir pocos años, vienes a dejar huella.

Hoy te quiero platicar de lo que viene, y eso que yo todavía soy un pollito. Te quiero poner a reflexionar sobre cómo has vivido, desde que tienes uso de razón. Tu papá y/o tu mamá te han dado muchas cosas, buenos y malos momentos, aprendizajes, experiencias; te han dado lo que ha estado en sus mandos. Tú lo has aprovechado y has vivido de ello hasta hoy. Y está perfecto, así debió ser siempre. Pero ahora te toca a ti.

Y no significa que ya le des la espalda a tu familia. Se trata de que entiendas que todo lo que sembró tu familia debe dar frutos. Y créeme que tus papás le echaron muchas ganas como para que aceptes vivir con menos de lo que ellos te han ofrecido. Sí, se empieza desde abajo, pero la mente va muy lejos, tu meta debe mantenerte con la frente en alto.

Ser un millenial es complicado, no te lo voy a negar. Si los esquemas de contratación no nos favorecen, los sueldos, los horarios; es por un sistema que se les salió de las manos a las anteriores generaciones. Entiendo, está bien canijo. Pero no por eso vas a perder el sentido de responsabilidad laboral que te toca, ni mucho menos el de hacerte responsable de tu propia vida.

Si eres de los afortunados que tiene un empleo, valóralo. Aprende de él, siempre da lo mejor. Es como dos de los 4 acuerdos: sé impecable con tus palabras y siempre da lo mejor de ti. No necesitamos más millenials que alimenten el terrible estereotipo que gira en torno a nuestra generación.

Sé un profesionista responsable, sé un hijo responsable, sé un amigo responsable. Si estás en donde estás tienes que aprovechar esa oportunidad. No sientas que puedes irte fácilmente sin problema, porque sí dejas uno y no lo tienes que resolver tú.

Hablando laboralmente, tómate en serio tu empleo. No hay nada peor que un compañero inestable que estropea el trabajo en equipo. No hay nada peor que un alguien que “se raja” de buenas a primeras, porque se dio cuenta que un sueldo conlleva una responsabilidad.

Hablando de dinero, ahorra. A ti y a mí nos pateó la nueva ley del IMSS (si vives en México) y no tenemos el mismo retiro que tienen nuestros padres. Ahora solo nos llevaremos lo que ahorremos, y por eso es importante que busques un empleo que te ofrezca esta prestación. Sí, esos baby boomers nos la pusieron difícil, pero sí se puede.

No gastes para aparentar. Yo he cometido ese error varias veces y los intereses morales terminan siendo peores que los económicos. No tiene caso que tengas cosas que sobrepasan tus necesidades, cuida en lo que gastas y en lo que te “endrogas”, tal vez ese celular solo es bonito durante los primeros 6 meses.

Analiza el campo financiero que te rodea. Busca soluciones económicas a tus necesidades diarias, como por ejemplo, encuentra una gasolinera que te ofrezca equilibrio entre calidad y precio. Aprende de los sistemas de puntos y recompensas de tarjetas de crédito, que te paguen por usarlas.

Invierte. Y no, yo tampoco lo he hecho hasta el momento; pero es un objetivo. Invierte porque lo que generes hoy es lo que te dará oxígeno mañana. Piensa en dónde hacer crecer tu dinero y diversíficate, poner todos los huevos de oro en la misma canasta es un grave error.

Sí, vete de fiesta. Sí, viaja. Sí, cómprate ropa. Sí, sal al cine. Sí, inscríbete en esa carrera. Sí a todo, pero también sí a la organización de tu dinero. Hay muchas herramientas digitales que te ayudarán a controlar tus gastos, y si no, back to the basics: excel.

Invierte en ti. Haz ejercicio, ve al psicólogo, visita un museo, rodéate de gente que te ame y que te ayude a llegar a donde quieres llegar. Cuéntale tus planes a tu familia, a tus amigos, a tu jefe; a quien creas que te puede ayudar. Contagia a las demás personas de una mejora constante, porque ser millenial sale barato hoy pero carísimo mañana.

¿Ya ven que hay un mito de que si son las 11:11 puedes pedir un deseo? Pues ya van varias veces que pido que me toque, por mera coincidencia cósmica, la ley anterior del IMSS jajaja, porque de verdad le tengo miedo a mi jubilación. Deja tú a mi jubilación, a mi vida en dos, 5 o 10 años. Tengo miedo de no ser ni la mitad de lo que se espera de un adulto promedio.

Tú puedes ser una gran empresaria, un gran papá, un excelente entrenador, un excelente amigo… Puedes ser todo, pero para eso se necesita estabilidad emocional, financiera y salud. Y perdón que te lo diga, pero para tenerlo hay que chambear y vivir de una forma organizada.

Voy a hacer un grupo que se llame “Millenials Anónimos” jaja para reunirnos y echarnos porras, porque esta etapa de vida no es fácil, pero espero ESPERO DE VERDAD ESPERO, que no imposible.

Nos vemos en la próxima.

Originally posted 2019-10-20 17:04:15.

Published by Ileana Caschi

Comunicóloga. 30 años. Slytherin. Comparto contenido sobre comunicación y finanzas personales. Si deseas contactarme puedes hacerlo por aquí mismo. Un gusto tenerte por mi blog ¡Gracias por leer!